¿Qué pasa cuando la historia y el teatro se encuentran en un camarín? Elegante por donde se la mire: las actuaciones, la puesta, la dirección, la planta de luces, el diseño sonoro. “La noche se está muriendo”, escrita por Martín Ortiz, es de esas obras que ningún amante del teatro puede dejar de ver.
Es el año 1945. Estamos en Buenos Aires. Al finalizar la función del estreno mundial de La Casa de Bernarda Alba, Margarita Xirgu vuelve a su camarín en el Teatro Avenida. Federico García Lorca ya había sido asesinado. Atraído por la gran interpretación de su actriz predilecta, aparece en ese camarín para celebrar el éxito del estreno. Fantasma. Fantasma vivo. Tan real como ella.
Lo que sigue es un encuentro precioso. Un homenaje a dos protagonistas de la historia del teatro. Dos amigos que ríen, recuerdan, comparten anécdotas y juegan. Entre tragos de vino, abrazos y emociones, Margarita y Federico juegan al teatro, representando fragmentos de obras de Lorca, con la nostalgia de un país que les queda lejos y una dictadura que los aplasta. A él, hasta la muerte. A ella, hasta el exilio.
La escenografía recrea ese camarín y deja imaginar a lo lejos el escenario donde acaba de transcurrir aquella función. Y, más allá, la platea. Una escenografía diseñada por Jorgelina, reforzada por el trabajo que hizo Eduardo Safigueroa con la iluminación y Hernán Fernández con el sonido.
La dirección de Jorgelina Herrero Pons y Martin Ortiz se ve en todos los detalles. Gestos, pausas, movimientos. El uso del espacio, el equilibrio perfecto entre distancia y cercanía de los cuerpos de los personajes, entre palabras y silencios.
Lorena Szekely y Mario Petrosini son una dupla perfecta para contar esa amistad. En sus interpretaciones se ve la magia que puede unir a dos personajes, sostenida por el vínculo que estos dos actores crean al actuar. Excelentes interpretaciones de un texto exquisito.
Si estás en Buenos Aires este domingo, no te pierdas la oportunidad de ver esta obra en el teatro El Crisol, a las 20. Es la tercera temporada y ahora están preparando las valijas para ir a España. Nuestro teatro independiente llega lejos. Lorena y Mario harán el camino inverso al de Margarita y Federico, para realizar funciones de este espectáculo. Te dejo el Instagram de la obra, para que los sigas.
Esta semana no pude ver más obras pero sí me hice el tiempo de ver un documental sobre Griselda Gambaro que podés ver acá. (Si no tenés cuenta en Cine.Ar, create una que hay de todo). La película se llama Gambaro, está dirigida por Jazmín Bazán y explora precisamente la figura de la artista argentina Griselda Gambaro.
Me sentí feliz de ver a esa mujer tan simple y profunda a la vez, lúcida y sincera. En un momento le preguntan cómo piensa los títulos de sus obras y sus libros. “Los pienso, me rompo el alma y después asoman -responde-, de un modo misterioso te sale el título”. Eso le pasó por ejemplo con El mar que nos trajo, la novela con la que decidí titular este envío y que también te recomiendo. Porque esto es así: del teatro vamos al cine y del cine a los libros. Y del teatro, el cine y los libros, a la marcha de este miércoles en defensa de la educación y del sistema universitario público argentino. Nos vemos ahí.