Quedé maravillado por lo que puede hacer una mujer sola, con nada más que su cuerpo y una tela, sobre un escenario enorme. Una demostración del poder del teatro, de su esencia evocadora.
Ver a María Ucedo en su obra “El rayo” es una experiencia especial. Fui al reestreno y la pasé tan bien que ahora quiero que vayas vos. Talento, destreza, verdad y una historia que llega y conmueve.
Hay momentos de humor, de drama y una atmósfera poética que se instala en toda la sala. No voy a dar pistas sobre lo que se narra porque es tan hermoso ir enterándote de lo que le pasó a la actriz al ritmo que plantea la obra que quiero que te sorprendas como yo. Apenas voy a decir que una hija se entera de un secreto que su madre guardó durante 50 años. Y cuando sale a la luz impacta sensiblemente en su memoria.
La autoficción está dando decenas de libros y de obras de teatro. Hay quienes tratan con distancia ese regodeo en lo personal. Pero seamos honestos: ¿cuánto hay de real en las ficciones que leemos? Muchísimo. Así que, queridos teatristas, sigan indagando en sus historias que los voy a ver con muchas ganas.
María Ucedo es actriz, bailarina, performer, coreógrafa, docente y una de las referentes del grupo El Descueve. En esta obra tiene co-dirección y colaboración dramatúrgica de Valeria Correa, del grupo Piel de Lava. Grupazo, digo.
En este espectáculo está muy bien planteado el vínculo entre espacio y movimiento. Es el truco hipnótico de esta puesta teatral. Hay magia al servicio de un relato bellísimo.
Las funciones son en El Portón de Sánchez, los viernes a las 20.30, hasta el 31 de mayo.
Se están suscribiendo más personas a este newsletter y eso me tiene contento. Al escribir cada edición pienso en esas personas interesadas en mi mirada y que están atentas a lo que hay en cartelera. Admiro el esfuerzo, el tiempo, el proceso creativo que hay detrás de cada obra y eso solo podría ser un motivo suficiente para recomendar las obras que veo. Cuesta, duele, da vértigo. Pero también da felicidad.
Por todo eso decidí no hablar mal de las obras que no me gustan. Prefiero pasar por alto y seguir el camino. Eso no es una opinión definitiva sobre tal actor o tal director. No quiero hablar mal porque quizás simplemente la propuesta no es para mí en ese momento. El objetivo no es la crítica sino el relevamiento de la escena y la recomendación. Quiero ver todo y aplaudir acá, con palabras, cuando una obra me toca, me habla, me mueve, me hacer reír. Si no me pasa eso, mutis por el foro.