Los vínculos: realidad y fantasía
"Lo que se pierde se tiene para siempre", de Javier Berdichesky y Andrés Gallina, basada en cuentos de Alejandra Kamiya. "El tipo", de Lisandro Penelas.
Una separación, el dolor de una pérdida y el esfuerzo amoroso, complejo y humano de una hija por acompañar la vejez de sus padres mientras crece y construye su propia vida.
“Lo que se pierde se tiene para siempre” es el nombre de una de las obras que vi esta semana. Tiene dramaturgia de Javier Berdichesky y Andrés Gallina, y está basada en cuentos de Alejandra Kamiya. La dirige Anahí Berneri y actúan Sofía Gala Castiglione, Marita Ballesteros, Enrique Amido y Camila Marino Alfonsín.
Es una obra que mira los vínculos familiares y en la que los personajes se definen en relación a los otros integrantes. Un padre testarudo, de ideales indestructibles. Una madre apagada por un duelo y que parece perder la memoria y la capacidad de valerse por sí misma.
Una casa que ahora son dos casas y que vuelve a ser una sola mientras se abre la pregunta sobre los lugares que habitamos, el peso del hogar y cómo ese hogar, en solitario, en pareja o como familia, nos moldea y nos define.
Una hija que va y viene de la madre al padre, caminando sobre la herida abierta de una ruptura, intentando unir o terminar de separar lo que ya está roto. Como si al realizar ese gesto pudiera de algún modo armarse, parte a parte, en idas y vueltas, pegar sus fragmentos.
La dirección es excelente y la propuesta estética es muy interesante y poética. La escenografía, diseñada por Lü Carnicer y realizada por Burdel De Objetos imprime un tono particular, cálido y nostálgico, además de remitir al oficio de ebanista del personaje del padre. La puesta de luces, diseñada por Iván Gierasinchuk, genera sombras contra las paredes laterales y eso provoca que los cuerpos se multipliquen, se superpongan. El vestuario diseñado por Roberta Pesci termina de completar el cuadro total. A todo esto se suma una propuesta sonora onírica, tensa y densa, creada por Jackson Souvenirs.
Son muy buenas las actuaciones de todo el elenco. Me encantó ver a Marita Ballesteros en un personaje tan conmovedor. Y la interpretación de Sofía Gala es magnética. Frágil y resistente a la vez.
El día de la función llovía. El sonido del agua afuera se mezclaba con la música de la obra. Quizás había efectos de sonido de lluvia en la obra. No lo sé ni quiero saberlo. El teatro es esa ambigüedad: presencial real y fantasía a la vez. Es por eso que me convoca tanto.
Las funciones son en Dumont 4040 y en septiembre continúan así: jueves 5 y 19 a las 22.30, viernes 6 a las 20, sábado 7 a las 20.30, y viernes 13, 20 y 27 a las 20 y 22.30 hs.
Volví a Moscú Teatro, un espacio al que quiero mucho, adonde hace unos años tuve formación en escritura teatral y ahora en actuación. Fui a ver “El tipo”, una obra que escribió Lisandro Penelas y que él mismo interpreta bajo la dirección de Ana Scannapieco. Es un unipersonal inteligente, entretenido y muy bien escrito. Te cuento de qué va:
Un hombre conoce a una chica de casualidad y no puede sacársela de la cabeza. ¿Amor? No, obsesión. La sigue en sus redes, ve lo que publica, lee los libros que ella lee y canta las canciones que a ella le gustan. Este hombre es un policía. En la libertad de sus pensamientos y en la soledad de su casa, alimenta una fantasía perturbadora.
Sobre el escenario, al fondo y a la izquierda hay un sillón. A la derecha, una computadora y un micrófono. De un lado al otro, el policía circula por la casa como por su propia cabeza y crea los espacios y las situaciones que comparte con sus colegas de la comisaría.
Los recuerdos de una infancia al cuidado de su abuela. Una madre y un padre que ni se nombran. Un futuro imposible de anticipar.
Lisandro es un actor ágil, dúctil, que puede pasar con habilidad del humor liviano a una profundidad compleja, cualidades ideales para ponerse en la piel de un tipo así. De “El tipo”. Energía masculina al borde de la trompada, fantasías endebles que acercan el placer a lo ilegal. Y la pregunta que molesta: ¿hay crimen si solamente está en la cabeza?
El personaje circula, ansioso, entre la vocación de servicio y la identidad violenta, entre el cuidado y la agresión. La historia avanza al ritmo justo y va dibujando una espiral perturbadora.
Te la recomiendo. Las funciones son los sábados a las 21.