Retratos de un ensayo y de una familia
“Marcela contra la máquina”, de Mariana Chaud. “Somos familia”, de Carla Giurastante.
Pienso en los sueños como un espacio de libertad. En los sueños cualquier cosa es posible. Los gobierna la sorpresa, el caos. Todo puede asociarse con todo.
Vi una obra que me conectó con ese mundo. Hablo de “Marcela contra la máquina”, de Mariana Chaud. Un trabajo genial, desopilante, entretenido y muy creativo.
Te cuento de qué va: dos actores y una dramaturga se juntan a ensayar. Llega la hija de la dramaturga, que queda presa del ensayo y critica todo lo que hacen. Actores y personajes empiezan a confundirse en algo muy parecido a un sueño. Y en el medio de eso, la inteligencia artificial, más precisamente ChatGPT, se mete en la escena.
El texto es puro juego. Las actuaciones de Ximena Banús, Violeta Brener, Nicolás Levín, Luciana Lifschitz son buenísimas. Trabajan con una conexión total. A eso se suma una dirección inmejorable. Mariana Chaud se luce en su doble rol de dramaturga y directora.
Mientras miraba la obra pensaba ¿cómo se logra esto?, ¿cómo se monta algo así?, ¿cómo se ensayan estas escenas que parecen estar ocurriendo en ese momento y sin embargo no, sin embargo son el resultado de algo pensado, tramado?.
Encontré en YouTube un video en el que Mariana comparte sus ideas sobre la actuación. Dice:
“El espacio de ensayo para mí es el lugar de más goce, de encuentro. Es como la parte del disfrute total, de encontrar el lado b del trabajo”.
Y también dice:
“El ensayo es como el reino del teatro, el lugar donde me siento más cómoda, donde ocurre todo lo imprevisto. Es como idealmente a uno le gustaría que fuera el espectáculo. La parte más rica de todo el trabajo”.
Y finalmente dice esto, que se conecta especialmente con lo que vi:
“Es como si fuera el lugar del romance, como si estuvieras en un vínculo que recién empieza, hay un lugar de seducción, hay mucha líbido, hay una especie de enamoramiento”.
En la obra de la que hablo se ve que esa energía del ensayo quedó. Uno intuye que esta obra solamente pudo haber sido creada con ese nivel de involucramiento casi romántico. Y da la sensación de que los actores siguen en esos primeros ensayos, investigando, divirtiéndose, creando.
“Marcela contra la máquina” es un homenaje a ese estado. Los espectadores vemos un ensayo, que en realidad es una obra, que obviamente fue ensayada y que parece seguir ensayándose pero ya no, porque ahí está sobre el escenario, lista, vista, terminada en el asombro y las carcajadas de la platea.
Las funciones son los sábados, a las 22.30, en Nün Teatro.
También vi “Somos familia: retrato de un domingo”. El título lo dice todo. Un almuerzo alrededor de una mesa y la presentación realista de una familia compartiendo el momento.
Carla Giurastante escribió esta obra, que además protagoniza. Es un biodrama de tono marcadamente costumbrista. Ella es parte central de ese ritual familiar de domingo. Presenta a su familia, la explica. Ahí están su papá, su mamá, su hermano y su hermana. Como en una visita guiada, nos lleva de un detalle a otro, opina sobre lo que están diciendo, anticipa gestos y frases, interrumpe para agregar algo. Carla expone una radiografía o hace una especie de disección de un momento que ocurrió, de un almuerzo que será sacudido por una noticia que a todos los moviliza internamente.
Hay dos detalles en la obra que funcionan muy bien en el plano interpretativo y simbólico. Alrededor de la mesa hay una silla donde está, invisible, el novio de Carla, que fue parte de ese almuerzo. Interactúan con él pero la silla está vacía porque ahora es su ex. A la vez a un costado del escenario hay una tela que representa una cucha donde está agonizando el perro de la familia. Un perro que corrió peor suerte que el novio, porque murió.
En ese doble juego de invisibles, el novio que ya no es y la mascota que está viviendo sus últimas horas simbolizan la fragilidad de los vínculos y los efectos del paso del tiempo. ¿Qué es una familia sino vínculos y fragilidades a lo largo del tiempo?
Una historia apenas contada funciona como telón de fondo. Es la historia del país y sus crisis económicas. La emigración y el deseo de un futuro mejor atraviesan el pasado, el presente y el futuro de esta familia.
La obra está dirigida por Carla junto con Julieta Timossi. Con un ritmo ágil, pausas bien marcadas, emociones en movimiento y toques de humor, la dupla logra lo que esta obra necesita: hacernos sentir que estamos sentados alrededor de esa mesa, junto a esa familia que tiene varios puntos en común con la de muchos de nosotros.
Completan el elenco con muy buenas interpretaciones Mariana Del Pozo, Jorge Fernández Román, Tamara Rocca y Guido Veneroni.
“Somos familia” se puede ver los domingos, a las 18, en Moscú Teatro.