Ser Frida o ser Beckett
Yo no soy Frida, de Florencia Berthold. Rumbo a Peor, de Samuel Beckett.
Espero que estés muy bien. Esta semana hay varios suscriptores nuevos. Si es tu caso, te cuento que este newsletter es un proyecto que empecé hace más de un año con la intención de ver la mayor cantidad de obras de teatro posibles, que después comento en un envío semanal como este que estás leyendo. Me obligo a estar en tu casilla de correo todos los miércoles a la mañana para instalar el hábito de ver teatro y de esa manera contagiarte las ganas. Encuentro en las salas de teatro un refugio y una inspiración. No dejo de sorprenderme por la variedad de propuestas que hay en la Ciudad de Buenos Aires.
Es probable que estos nuevos suscriptores hayan venido de Moscú Teatro, la sala ubicada en Villa Crespo que también es una escuela de actuación. La sostiene un equipo de personas hermosas y creativas que conozco desde hace muchos años. Me invitaron a participar del envío de su newsletter de abril con una entrevista a la genial actriz Julieta Carrera, que hace funciones de su obra “No me muero” en ese espacio.
A Julieta la conozco desde mis años de formación y docencia en Espacio Aguirre, la escuela de clown y máscaras que dirige Marcelo Katz. Me di el gusto de charlar con ella y preguntarle sobre cómo surgió su proyecto, el lugar que ocupa la actuación en su vida, la necesidad de aceptación, el miedo al fracaso, las consecuencias de arriesgarse y los aprendizajes que se lleva de esta experiencia.
En la obra interpreta a una mujer que trabaja en un call center de atención al cliente de una aseguradora de riesgos de trabajo. Pero está harta de su rutina, lo que quiere es actuar. Julieta la escribió, la dirigió y la actúa, una aventura que soñó y que pudo concretar. La vi cuando la estrenó. Ahora está de regreso. Es una obra divertida y a la vez profunda, que permite conocer a esta artista desde un lugar muy auténtico. “Para mí actuar es vivir profundamente, poder jugar a ser otros, otras, me divierte mucho y me apasiona”, decía durante la charla. Te dejo acá la nota completa, por si te interesa:
No, mejor quedate y leé esa entrevista después, que tengo más cosas para contarte.
Fui a ver “Yo no soy Frida”, escrita y dirigida por Florencia Berthold, una propuesta original y divertida que me sorprendió en el mejor de los sentidos. Inspirada en las cartas de Frida Kahlo, se centra en el triángulo amoroso entre Frida, Diego Rivera y Cristina, la hermana menor de la artista.
La obra es una sucesión de buenas decisiones. Apenas entrás a la sala, la escenografía de Cecilia Onorato te mete de lleno en el universo Frida con una acertada selección de objetos suspendidos en el aire. El texto está muy bien estructurado y funciona. Nunca cae el ritmo. Hay climas diferentes con lugar para las humoradas, el melodrama y la cultura mexicana. Las actuaciones de Mavy Yunes, Martina Simeoni, Braian Ross son una delicia.
La figura de Frida Kahlo resume en su cuerpo y en el mito los extremos del amor y el dolor. Hace de esa oposición una entidad indisoluble. Esta obra se acerca a esa contradicción con respeto pero a la vez jugando. Todo está en movimiento permanente. El espacio y los personajes van mutando. El resultado es una experiencia muy particular que te recomiendo ver. Las funciones son los viernes a las 20 en Teatro El Grito.
Quiero contarte lo bien que la estoy pasando con los talleres de escritura que coordino. Tengo uno presencial y dos virtuales. Espero con ansiedad cada encuentro y termino con la cabeza estallada de imágenes y de ideas. Pasa de todo. Es una fiesta ver cómo nacen los textos de personas tan distintas y disfrutamos mucho de la diversidad de voces y estilos. Si te interesa sumarte, escribime y te cuento cómo funciona la dinámica y por qué una actividad de este tipo puede mejorar tu vida. Exageré, de acuerdo. Sucede que escribir y compartir la escritura con otras personas me mejora la vida y me gusta pensar que a otros les pasa lo mismo.
Te llevo de nuevo a Moscú Teatro porque ahí son las funciones de “Rumbo a Peor”, una obra de Samuel Beckett que todavía no se había estrenado en la Argentina y que pude ver este fin de semana. La interpreta y dirige Pablo Finamore.
Minimalismo y poesía en una propuesta inquietante, asfixiante y disparatada. Con la menor cantidad de palabras posible, el protagonista pone en escena una especie de deconstrucción de acciones y conceptos para hablar del lenguaje, o de su función, o de la imposibilidad de decir.
No es una obra para todo el mundo. Es un viaje extraño. Te tiene que gustar mucho el teatro y tenés que dejarte llevar por la lógica beckettiana.
Un espacio vacío. Un cuadrado cruzado por dos diagonales blancas. Líneas que limitan los pasos del personaje. Líneas que también están en el vestuario del personaje, como si cuerpo y espacio fueran lo mismo. A este juego de trazos se suman las luces, que atraviesan el espacio como una recta más.
Pablo hace un trabajo notable con un texto muy difícil de abordar. Investigó, se sumergió y se dejó atravesar por este texto absurdo y filosófico que abre infinitas interpretaciones.
La obra tiene una frase que se hizo famosa: “Intentar de nuevo. Fracasar de nuevo. Fracasar mejor”. ¿La conocías?
“Rumbo a Peor” puede verse los domingos a las 20.