Teatro tejido a retazos
La Moribunda, de Humberto Tortonese y Alejandro Urdapilleta. Pampa Jungle de Mariano Rosales. Un punto oscuro, de Agostina Luz López.
Estuve en el estreno de “La Moribunda”, una obra escrita por Humberto Tortonese y Alejandro Urdapilleta que también interpretaban cuando fue montada en los 90. Hace poco, al morir Antonio Gasalla, circularon en las redes archivos de lo que estos humoristas hacían en televisión en esa década. En una acción revolucionaria, llevaron a la pantalla grande todo un estilo y una estética con la que ya venían haciendo explotar de risa los teatros.
Para alegría de los nostálgicos de esos años, la nueva versión de “La Moribunda” conserva la esencia de aquellas propuestas. Los actores Darío Serantes y Juan Rutkus son los responsables de esta aventura desopilante con la que llegan a muy buen puerto.
¿De qué trata? Serantes y Rutkus interpretan a dos hermanas encerradas en una casa mientras la hermana mayor agoniza en el cuarto de arriba.
La propuesta es delirante, grotesca y por momentos bordea lo escatológico. Es una puesta que pone a la vista el deterioro social y humano, una especie de exposición de las pocas luces que le quedan a una familia que alguna vez brilló. Y en esa operación, aparece la miseria humana.
En la obra, el espacio y los cuerpos se presentan sobredimensionados, sobrecargados. Un escenario saturado de objetos y dos personajes grotescos exhiben el deterioro individual y social. Hay algo performático y exhibicionista de ese derrumbe.
La propuesta parece jugar entre dos tiempos. Uno real, que marca el trayecto lineal de una hermana que está muriendo (esa hermana no es representada por nadie sino que está señalada a través de una escalera que dirige hacia el piso de arriba), y otro tiempo ficticio, fragmentado, lúdico, caótico, absolutamente teatral, en el que las hermanas recrean sus fantasías mientras esperan el último suspiro de la moribunda.
El trabajo de esta dupla actoral es muy potente, a la altura de lo que una obra así necesitaba. La dirección de Malena Miramontes Boim es excelente porque logra encauzar sin fisuras este caos interpretativo histriónico en el que el dolor y el humor conviven con total naturalidad.
Me divertí muchísimo y sentí la presencia en el aire de una identidad teatral queer con el sello de los geniales y delirantes Tortonese y Urdapilleta.
Las funciones son los jueves, a las 20.30, en Itaca Complejo Teatral.
En busca de la última vaca
De la segunda obra que vi no sabía nada. Me sorprendí y la pasé muy bien. Se trata de “Pampa Jungle”, que ya va por su tercera temporada.
La obra parte de una idea muy original. Imaginá que en la Argentina se acabó el asado. No hay más vacas. Una empresa de alimentos manda una expedición en busca de la única vaca que queda sobre la Tierra.
Esta comedia distópica imagina el futuro de nuestro país pero, como un boomerang bien lanzado, vuelve y se instala en nuestro presente. Todos los temas tienen una actualidad indudable. Te enumero algunos: las relaciones entre jefes y empleados, la explotación de los trabajadores por parte de las empresas, la ambición que genera el dinero, la inseguridad de algunos contextos laborales, las condiciones insalubres de los operarios, la manipulación mediática y la infaltable estrella de esta época: la inteligencia artificial. El tema de peso y que se lleva puesto todo el resto es el del poder del capital y de los dueños de la producción.
Con un humor desopilante, mucho ingenio y un manejo magistral del ritmo narrativo, Mariano Rosales construyó una historia en base a escenas breves, variadas, que se van retomando y continuando, y que en su conjunto arman un collage de acciones que entretiene, hace reír y dispara innumerables guiños que refieren a las costumbres locales y la realidad política actual.
No te voy a contar si encuentran a la vaca o no pero el final tiene un giro buenísimo.
En la obra hay 10 personas en escena, entre actores y actrices. Un elenco de muy buen nivel interpretativo, parejo, en el que cada artista pudo imprimir una identidad a su personaje. Ellos son Manuela Luz Alvarez, Facundo Baldissera, Joaquín De Las Carreras, Juan Felipe Diez, Marianela Garay, Claudio Palmieri, Santiago Rodriguez, Mariano Rosales, Gabriela Cuca Tedesco, Carolina Zapata. Mención especial para Facundo y para Mariano, quien además de lucirse como escritor y director de la obra, como actor tiene unas sutilezas que me hicieron reír mucho.
Las funciones de “Pampa Jungle” son los viernes, a las 20, en El Jufré Teatro Bar.
Tejer el final de una vida
La última obra que vi esta semana es de una delicadeza y una sensibilidad poética sobresalientes. Se trata de “Un punto oscuro”, escrita y dirigida por Agostina Luz López, que estuvo con funciones hasta el domingo pasado en el Teatro San Martín. Voy a avisar en este newsletter cuando esta obra esté en otro espacio porque es preciosa y me gustaría que la veas.
Lo primero que tengo que destacar es que el espacio diseñado es un sueño. Un tejido blanco, monumental, que construye las paredes, el piso y algunos muebles de una casa. En esa casa, tres hermanas asisten a su padre en las últimas horas de vida. Para mantenerlo unido a la vida, le leen textos y en esos textos se leen ellas mismas como parte del entramado familiar.
Es muy conocida la metáfora del texto como tejido. Texto y tejido se construyen entrelazando palabras o hilos para crear una estructura con más significados que las palabras individuales y más presencia que el hilo solitario. En esta obra el tejido es literalidad y metágora.
En esta historia, las hermanas se acercan y se distancian, buscan su lugar en el espacio y en lo afectivo, abren un libro y leen un fragmento, dramatizan algunas de las situaciones que narran esos textos. Todo ocurre con una sensibilidad notables, pisando con suavidad las palabras del mismo modo que pisan el escenario de lana.
El elenco está integrado por Carolina Saade, Felipe Saade, María Villar y la tejedora Amalia Boccazzi. Las actuaciones son maravillosas. Pero tengo que hacer un paréntesis y mencionar que a Carolina y Felipe los conozco casi de otra vida, cuando yo daba clases de clown en la escuela de Marcelo Katz. Me conmueve poder disfrutarlos en escena porque sé cuánto aman lo que hacen y vi desde muy jóvenes lo enormes que son como artistas.
Antes de terminar quiero destacar que hay mucho valor técnico detrás de esta propuesta. La realización de tejidos de escenografía es de Laurencia Piegari, la de tejidos de vestuario de Mariana Leva, el diseño de vestuario de Mariu Fermani y el diseño de escenografía de Mariana Tirantte. Admirable trabajo creativo.
Estaré atento a la reposición de esta obra y te lo voy a informar en próximos envíos para que no te la pierdas.